viernes, 15 de agosto de 2014


CREACIÓN

Manso rumor de agua
Que, quedamente, susurra
Para quien quiera oírlos,
Secretos sapientísimos
Que vienen de la mano del viento
Y que la abeja ya conoce.
Manto de jade y oro
Que restaña una herida
Indefinida, pero abierta,
Eternamente abierta, a la simiente.
Reino en cenit de cobre
Que intenta cerco estrecho de llama
A un límite imposible.
De repente, un instante.
Latir de amor y duelo,
De lazo y desafío,
Que irá poniendo notas de terciopelo
A las cosas del otro lado de la sombra.
Uno tras otro,
Disparos invisibles
Abrirán ventanitas plateadas
Que irán poniendo luz al escenario
Donde, lenta e inexorable,
Gira la rueda.


(Encarna Valle)


De "Solo cuatro letras para decirte..."
Imagen: Markus Vesper

viernes, 1 de agosto de 2014


FORTALEZA

Se perdió el jugo de la rosa abierta,
Como una copa de vino derramada
Sobre un mantel de hule.
-¿Tiene Vd. Vértigo? -me preguntó el doctor.
-Yo no sé lo que es eso -contesté entonces.
-Debe ser el tornado
que borra los paisajes
y que nace dos dedos
por debajo de mi plexo.
Oscura galería como boca de lobo,
Túnel sin tren ni maquinista.
Juro que piedra sobre piedra,
Levantaré de nuevo mi castillo,
Con foso de caimanes
Y celosía labrada de zarzales.
Yo misma cortaré las trenzas
Que un día fueron escala
Que me hizo vulnerable.
Cultivaré el lenguaje solitario de la alondra,
El susurro de la hoja caída.
El rumor de la savia en el árbol.
Y cada noche, sobre tejados y azoteas,
Seré jinete de Pegasos alados.

(Encarna Valle)
De "Solo cuatro letras para decirte..."