viernes, 1 de agosto de 2014


FORTALEZA

Se perdió el jugo de la rosa abierta,
Como una copa de vino derramada
Sobre un mantel de hule.
-¿Tiene Vd. Vértigo? -me preguntó el doctor.
-Yo no sé lo que es eso -contesté entonces.
-Debe ser el tornado
que borra los paisajes
y que nace dos dedos
por debajo de mi plexo.
Oscura galería como boca de lobo,
Túnel sin tren ni maquinista.
Juro que piedra sobre piedra,
Levantaré de nuevo mi castillo,
Con foso de caimanes
Y celosía labrada de zarzales.
Yo misma cortaré las trenzas
Que un día fueron escala
Que me hizo vulnerable.
Cultivaré el lenguaje solitario de la alondra,
El susurro de la hoja caída.
El rumor de la savia en el árbol.
Y cada noche, sobre tejados y azoteas,
Seré jinete de Pegasos alados.

(Encarna Valle)
De "Solo cuatro letras para decirte..."

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